El viaje de Nela (I)


Lunes. Ocho y diez de la mañana. Una muchacha rubia y larguirucha desciende los tres escalones del autobús sintiendo todavía sobre los párpados el leve peso de las legañas. Unos gritos la hacen despertar de repente.

-¡Tía! ¡Tíaaaaaaaaaa! ¡Quéfuerte, quéfuerte,quéfuerte! 

Otra chica, baja y morena, se aproxima a todo correr hacia ella. A pesar de la somnolencia, la reconoce. Es su amiga, sí. Y lleva sin verla todo el fin de semana. Pero eso no es suficiente razón para que acuda a recogerla al autobús con tanta energía un lunes. 

-¿Qué pasa? -pregunta la chica rubia arrastrando las palabras.

-¡La Nela, tía! ¡La Nela! ¡Que se ha fugao de casa!

La muchacha morena saborea la cara de sorpresa e incredulidad de su amiga, consciente de que ha conseguido la exclusiva. Y esa exclusiva es todo un bombazo. Nela, la misma Nela que el viernes pasado estuvo aconsejándoles cortes de pelo en clase de Latín, se había escapado de casa.

-A mí tampoco me ha pillao por sorpresa, ¿sabes? -comenta una joven en el pasillo mientras mastica chicle-. Era una guarra to-tal. Esos pantalones pegaos, esos escotes... Y siempre de aquí p'allá con algún tío. Una zorra, lo que yo te diga.

-Y encima se creía muy guay y muy mayor por escuchar esa mierda de música. Era una calientapollas -responde otra, más por ganar complicidad con su compañera que por convicción.

Los profesores, que no tenían noticias de la supuesta vida disoluta de la chica desaparecida, han pasado la mañana escuchando quejas y rumores, intentando recuperar la calma y el orden necesarios para dar clase. Ha sido imposible. Durante la hora del recreo caminan absortos de un lado a otro de la sala de profesores murmurando, de vez en cuando, una frase que rompe el silencio.

-¿Manuela? Es que no me lo creo. 

- No puede ser. No puede ser. 

Pero su tutora sí se lo cree y no está sorprendida. Recuerda que hace unas semanas Manuela se olvidó sobre la mesa un diario y ella se lo devolvió. Recuerda también la mirada de Manuela, expectante, deseosa de algo que ella no pudo adivinar. 

-Manuela, ¿pasa algo? -preguntó, inquieta bajo su mirada.
- No, profe -contestó ella-. Da igual. 

"Si hubiera insistido...", se dice. Pero ya no tiene sentido. No se puede volver atrás.

La jefa de estudios, la única profesora del claustro que reside en el pueblo, se ha atrevido a llamar por teléfono a la familia. A ella la conocen y la respetan, seguramente podrían contarle algo más. O al menos algo más fiable que los rumores de los pasillos.

-Dicen que denunciaron ayer por la tarde la desaparición. Que esperaban que se hubiese ido a dormir con alguna amiga o algo así, pero al no dar señales de vida en todo el domingo...

Bueno, eso era verdad solo a medias. La madre de Manuela, o Nela, como la llamaba todo el mundo salvo sus profesores, y su pareja habían pasado el sábado de juerga y el domingo durmiendo la resaca. Al llegar a casa ni siquiera comprobaron que Nela estuviese en su cuarto. No fue hasta la hora de cenar, al notar que no había nada preparado, cuando se dieron cuenta de que Nela se había marchado. 

-¿Como están? -pregunta un profesor que miraba pensativo por la ventana.
- Destrozados -contesta la jefa de estudios.

Y eso también es verdad solo a medias.

Continúa aquí.

Comentarios

  1. Magnífica primera parte! Que intriga! ;)

    Te amo, Peque!

    <3

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  2. Cuantas verdades sólo a medias hay en nuestro día a día...
    Esperando El viaje de Nela (II)...
    Buenas noches

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    1. Mañana mismo, si no pasa nada :)

      Muchas, muchas verdades a medias.

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  3. ¿Esto qué es y dónde está la continuación, Bettie-chan?

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    1. Es un relato y una putada XDD Esta tarde, la segunda y última parte. :)

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  4. Vaya que sí, verdades a medias. Nadie sabe nada pero todo el mundo sabe algo, no sé si me explico.

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  5. ¿¡Pero qué ha pasado con Nela!? ¡¡¡Necesitamos saber!!! Es por el bien de nuestras uñas... ;)

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    Respuestas
    1. Jajajaja. Aguanta un poquito más, esta tarde lo sabrás. Y a lo mejor te arrepientes de desearlo xD

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    2. ¡Noooo! No te habrá poseído el espíritu de George R.R. Martin, ¿verdad?

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    3. Jajaja, me permito decirte -porque ya falta poco para el desenlace- que en cierto modo, sí. Me estoy viniendo arriba.

      (Aunque no es nuevo, siempre he sido muy de putear a mis personajes XD)

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