Nostalgia didáctica.


Esta tarde, como otras muchas, la he pasado ideando cosas para mi programación didáctica y escribiéndolas. Lo que pasa es que, a diferencia de otras tardes, hoy he estado compartiendo algunas ideas con Jack para ver qué le parecían. Valoro su opinión como persona, en general, pero valoro más en este caso su opinión de estudiante no repelente con tendencia a aburrirse en clase, particularmente en clase de filosofía. 

El caso es que hablando de todo esto y preguntándole por una idea que podía ser interesante, me ha contestado que sí, que podría estar curioso. 

- Además, a veces los chavales de 16 años -ha añadido- dicen cosas bastante interesantes.

Sí, sí lo hacen. Recuerdo con ternura mis días de prácticas. Resulta que tuve DOS DÍAS para impartir la unidad didáctica que me tocó en suerte en 1º de bachillerato, así que mis chicxs tuvieron que hacer bastante trabajo por su cuenta. Para hacerlo rápido, pero bien, les propuse que leyesen las páginas en las que se hablaba de las teorías éticas - fue el tema que me tocó - y que escribiesen una pequeña redacción en la que me dijesen cuál preferían y por qué y, si se atrevían, cuál les parecía menos acertada y por qué.

Yo sabía que era mucho trabajo. Aún así, la profesora me lo dijo: "Te has pasado un poco". "Ya", contesté, "pero es que quiero que piensen, y en clase no me va a dar tiempo si ellos no me ayudan un poco". Así de triste pero así de verdad.

Yo, siendo sincera, no me esperaba ningún éxito de crítica y público, ni siquiera de afluencia. Vamos, que cuando empezase a preguntar me iba a ver sola. Iba preparada para tal eventualidad: un esquema de las teorías éticas, anécdotas, unos dilemas para provocarles,... Pero no hizo falta.

La gran mayoría de los alumnos llevaban su redacción calentita. Tenía muchas ganas de leerlas. Pero eso lo haría en casa. Dediqué los 50 minutos de clase, que entre unas cosas y otras se quedan en 40 con suerte, a preguntarles y a charlar. Hice una tabla en la pizarra para recoger la "popularidad" de las diferentes teorías éticas. Yo que esperaba una avalancha de hedonistas... ¡y qué va!

Pero lo más interesante fueron sus argumentaciones. Recuerdo especialmente la de uno de los chicos. Un chico que no quería estudiar bachillerato, sino un ciclo formativo, pero allí estaba, en 1º, batallando con las materias y ganando y perdiendo por los pelos. Recuerdo como él, que defendió el intelectualismo moral, me habló de la importancia de la educación y me citó hasta la Constitución Española y las bases de nuestro Código Penal. Y pensé en el tiempo que le habría dedicado a preparar aquella actividad. Cuando leí la redacción no me quedo ninguna duda: esta vez había obtenido una victoria muy sobrada. Una victoria indiscutible. 

Salí de la clase con un sabor de boca muy dulce y sonriente. "¿Cómo te has sentido?", me preguntó la profesora. "Bien, muy satisfecha. Y sorprendida.". "Yo también", me confesó ella, "pensaba que no lo iban a hacer..." Pero lo hicieron, participaron. No me dejaron en la estacada. 

El sabor duró toda la tarde, mientras corregía sus trabajos. No voy a negar que también me eché alguna risa, pero en general eran bastante buenos, y eso que yo soy una profe dura. Y cuando les devolví sus redacciones, cuatro días después,  el sabor dulce todavía estaba ahí. Les habría dado un abrazo a cada uno. 

Todo este rollo para decir que eso, que pensando en la programación didáctica no pienso en el tribunal, sino en hipotéticos alumnos que ojalá algún día tenga. Y recuerdo, sin poder evitarlo, a los que tuve, aunque fue brevemente. Y me ha entrado la nostalgia de enseñar. Dicen que eso se cura cuando empiezas a trabajar... Ya veremos.


PD: Jo... Qué entrada más ñoña...


Hoy estoy... nostálgica
Y estoy escuchando... Forse (Unintended) - Jonathan and Charlotte

Comentarios

  1. Pues a mi me ha parecido una entrada preciosa. Si te esfuerzas pero de verdad con los chavales, puede que tarden en algunos caso, pero lo notan y normalmente responden, dependiendo claro está de su capacidad. Pero responden.

    Cuando flaqueen las fuerzas, acuérdate de esos días, intenta sentir lo que sentiste al salir de aquella clase.


    Te amo, Peque <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Te acuerdas después de dar mi primera clase yo solica? De Kant, era. Madre mía. Que salí y compré dos pastelillos para que lo celebrásemos... :)

      Eliminar
  2. De ñoña nada. Bien bonica. Ojalá yo hubiera tenido una profe como tú de Filosofía y no 'aquello' que me tocó en suerte, que en fin... me hizo odiarla. Con lo mucho que me gustó después en la carrera. Ays.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Lia. Esa era una de mis motivaciones cuando decidí, allá por el año 2006, dedicarme a esto. Dicen que una motivación equivocada, pero bueno. Ahí está. xD

      Besote y abrazote.

      Eliminar
  3. Será ñoña, y mira que a mi no me gusta lo ñoño, pero si las escribes tú me gustan :)
    Me habría gustado tenerte de profe de Filosofía. Como repetí 2º de Bachiller, tuve un profesor diferente en mi segundo 2º.
    Primero me dio clase una mujer, que hablaba y hablaba sin parar y, aunque lo hacía con emoción y era un poco mística, no es que nos preguntara mucho nuestras opiniones.
    En el segundo, tuve al profesor que me había dado Ética en 4º ESO. Todo el mundo se queja de que no para de hablar, de que te mira con ojos de loco (y es verdad) y de que te deja en ridiculo porque te preguntaba directamente en clase, y a muchos los pillaba desprevenidos y lo único que conseguía por respuesta era un "ehmm".
    Yo no pensaba así de él, hacía como tú, nos mandaba escribir redacciones y cuando las corregía, las comentaba un poco por encima, en plan debate en clase, pero luego siempre encontraba el momento en los pasillos para comentarlo personalmente con cada uno. Bueno, no con cada uno, había muchos que o no hacían las redacciones o las hacían pero daban pena. Me parecía muy buen profesor, y una persona que se preocupaba por sus alumnos y se sentía orgullosos de ellos.
    Veo que tú eres igual, y me alegro de que esos futuros alumnos tuyos vayan a tener una profe igual o incluso mejor del que yo tuve :)

    Muá!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya veremos, ya veremos si estoy a la altura. :)

      Eliminar
    2. Yo tuve suerte de tener un profe de Filosofía bastante apañado... no recuerdo nada del temario, ni siquiera me compré el libro, pero nos hacía leer, comentar, hablar... pensar. El trabajo más duro fue leer unos capítulos de "Genealogía de la moral", de Nietzche (a saber cómo lo he escrito) y comentarlo luego cara a cara...
      "Menos mal" que los de Ciencias de la Salud en 2º Bachillerato no dábamos Filosofía :-P

      Eliminar
    3. Jajajajaja. Te has comido una "s". Es NietzSche. A mí me costó aprender. Y con Nietsche no dudo, pero con otros... XDDD

      Pues en mi época no se libraba NADIE de la Filosofía xDD

      Eliminar
  4. Ni ñoña ni ñoño... Y no, la nostalgia de enseñar no se cura al empezar a trabajar.

    Yo el otro día me sentí fatal. Estaba de guardia con una de las residentes. Teníamos una paciente para operar por la tarde. Ella la sabe que, conmigo, si no se sabe al dedillo el paciente, lo que tiene y la cirugía que hay que hacerle, no opera y se dedica a ayudar y mirar. Le pregunté después de comer, ni idea. La mandé a estudiar un par de horas (y mientras su "jefa", o sea, yo, encargada de la guardia). Me senté con ella para que me contara lo que había aprendido, preguntarle y explicarle las dudas que le quedaran... ¡y encima con caras de fastidio por su parte!
    ¡Y para colmo me sentía mal por ser "demasiado dura"!
    ARGHHHHHHH...

    En fin... never stop learning (y never stop teaching) :-P

    Un besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Carlota, los que trabajamos, o lo intentamos, con personas, "jugamos" con vidas. En tu caso más que en el mío. Así que bien hecho. Y supongo que esa residente sabrá apreciarlo. Algún día.

      Un abrazo gigante.

      Eliminar
  5. Yo no tuve profesor de filosofía. Si tuviera que volver a estudiar sólo te querría a ti. Ojalá algún día haya unos cuantos alumnos que tengan la suerte de aprender contigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te iba a decir que no sabes lo que te perdiste... Pero no sé si para bien o para mal. De todos modos, así en general, los profesores de filosofía son una buena fuente de anécdotas XDDD

      Ojalá yo tenga la suerte de estar a la altura de enseñarles :)

      Besos gordos, Perri :D

      Eliminar
  6. Qué bonica eres.
    Yo también quiero a una Bettie de profa de filosofía.
    Y me parece genial que pienses en hipotéticos chavales, para eso están las programaciones, para los alumnos, no para los tribunales ni las burocracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero al final lo que te piden es para la burocracia. Porque es así. En fin, intento mantener un equilibrio.

      Eliminar
  7. Aiiiiii! ves, si es que eres un amor y una profe estupenda ♥

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López