Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López



Hay muchas razones para escoger un libro: el título, la portada, el autor, el género,... Yo de La edad de la ira me encapriché por una cita. Sí, su autor puso en Twitter una cita del libro que captó poderosamente mi atención. Desde ese día -hace algunos meses- he estado detrás de él hasta que lo he podido leer. ¡Ficha va!

¿De qué va el libro?

Marcos no es un adolescente modelo (¿quién lo ha sido?) pero cuando se le detiene por matar a su padre de una manera brutal y herir a dos de sus hermanos -uno de ellos de gravedad- los que le conocen no pueden explicárselo. Un periodista, que tampoco lo entiende, decide investigar por su cuenta para buscar respuestas a la infinidad de interrogantes que este caso ha suscitado. Esto le lleva a adentrarse en el IES Rubén Darío ... quizá más de lo que le habría gustado. 

Hablando del libro...

Me ha gustado mucho, me ha encantado. Me ha requete-encantado. Pero no es una lectura agradable. O al menos para mí no lo ha sido. Porque sí, es ficción, el autor lo deja claro desde el principio, pero podría ser real. Podría ocurrir. Es más, estoy segura que cosas como las que pasan en el Darío ocurren día sí y día también en los institutos españoles. No todas juntas, claro. No las más graves, por suerte. Pero, ¿podrían llegar a ocurrir? Yo no tengo claro que la respuesta sea negativa. 

Este libro es un libro, en primer lugar, sobre el mundo adolescente. El mundo adolescente engloba varios sub-mundos: la familia, las amistades, el amor, los estudios, el autodescubrimiento...  Mundos complejos, situaciones complicadas. Lo digo muchas veces: se nos olvida cuándo fuimos adolescentes y juzgamos a los chavales desde nuestra perspectiva de adultos perfectos que lo saben todo. Y a veces no tenemos ni puta idea. 

En segundo lugar es un libro sobre el mundo educativo. Se habla de docencia, del sistema educativo, de cómo se gestionan los conflictos en los centros, etc. Y os aviso: no es una imagen idílica lo que se ofrece en La edad de la ira.  Desgraciadamente, tampoco puedo decir que la imagen que se da está falseada.  No he visto mucho de los IES como profesora, pero lo poco que he visto puede encajar perfectamente: claustros que parecen el Sálvame, rencillas entre los profesores dignas de Juego de Tronos, gente inepta e inestable haciéndose cargo de un centro educativo, gestionando situaciones delicadas con una suavidad digna del esparto,... No son todos, claro. Por suerte en esta profesión hay gente que va a por todas, que lo da todo por el bien del centro y, sobre todo, de los alumnos. Y a veces esas personas hacen unos sacrificios casi sobrehumanos. Y en muchas ocasiones van contracorriente.  Como alumna también puedo decir que he vivido algunas cosas de las que se tratan en el libro. En definitiva, no nos presenta una fotografía en tonos rosados de la realidad educativa. Más bien todo lo contrario: un retrato crudo, sin filtros, de lo que puede ocurrir en algunos centros.  Me ha suscitado una imagen bastante curiosa de los institutos. Son como la corteza terrestre. En algunos se ven los volcanes, los géiseres, el oleaje. En otros no, otros parecen tranquilos. Pero bajo todos hay placas tectónicas, bolsas de magma que pueden explotar en cualquier momento...

También es un libro sobre la violencia. Violencia tangible, física, brutal, sí. Pero también sobre la violencia invisible, sostenida, ignorada e incluso tolerada. 

 Por último hay, entre líneas, una reflexión sobre los medios y la opinión pública(da). ¿Cuánto tardamos en colgar un crimen a alguien? ¿Cuánto, en emitir juicios de valor sin base, en hablar de alguien como si le conociésemos? ¿Cuánto, en arruinar la vida de alguien para siempre sin pensar en ello siquiera?

Es, en definitiva, un libro para darle vueltas al coco, para reflexionar. Y para los profesionales de la enseñanza -por cierto, el autor lo es- es un libro en el que mirarse y a partir del que hacerse preguntas. Creo, vamos, ¿Qué voy a saber yo de eso, no? Pero a mí sí que me ha suscitado preguntas. ¿Qué habría hecho yo ante las distintas situaciones? ¿Lo habría gestionado bien? ¿Habría pasado del tema? Y me ha dado miedo. Yo, si algún día llego a ser profesora, quiero hacerlo bien. Pero parece tan difícil... 

Este libro me ha hecho pensar, también, en Ro. No es por hacerle la pelota, porque no tengo nada que ganar, pero me he preguntado durante la lectura qué habría hecho ella porque por lo que sé de ella me parece una profesional fantástica. Hay un personaje que puede encajar con su perfil, o con cómo yo la veo, pero está apenas esbozado, no tiene una contribución importante. Ro, si te animas a leer el libro, me gustaría saber qué piensas :)

Os dejo un trocito...

Primero, la cita que me hizo interesarme por el libro.

- Entonces, algo de fe tienes en el sistema.
- No, en el sistema no creo nada. La única fe que tengo es en ellos. En mis alumnos. 

Y ahora, otra al azar...

Si tuviera que describirlo, lo haría como una mezcla entre el comisario Rawls, el jefe de McNulty en The wire; y el Roger Sterling de Mad Men. Viste como ellos -solo que las chaquetas le sientan mucho peor- y, lo que es realmente peligroso, también suele pensar como ellos.

No puedo dejar de relacionar el retrato que Álvaro me hace de Gerardo con lo sucedido esta mañana con Ahmed. ¿Realmente se puede dejar la dirección de un centro en manos de alguien así?

En resumen, este libro...

5/5
 
Ya he empezado la segunda parte de El corredor del laberinto, titulada Las pruebas. ¡A ver qué tal! Voy a ir intercalando entre las diferentes entregas otros libros para no saturarme. Y me va a venir pasar a algo distinto. Esta lectura ha sido muy intensa para mí...


Hoy estoy... triste
Y estoy escuchando... The calm after the storm - The Common Linnets

Comentarios

  1. Roger Sterling dirigiendo un instituto???? Diorl... XS


    El símil de la corteza terrestre es perfecto. Bajo una superficie de calma suceden toda clase de cosas que pasan desapercibidas, pero que en cualquier momento pueden tener consecuencias violentamente explosivas...

    Es un poco extrapolable a muchos ámbitos de la sociedad, no solo el mundo educativo.


    Animo, osita. Estoy contigo. Te amo :)

    <3

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    1. No sé si Roger Sterling es el peor director de instituto que se me ocurre. He visto casos y cosas que... :S

      Sí, supongo que hay que ser un poco geólogos y saber mirar... :S

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  2. Ayyyy, que lo quiero. Lo sabía cuando me hablaste de él, pero ahora más. A ver si lo localizo...

    Besos.

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    1. Hace poquísimo que han sacado la edición de bolsillo :)

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  3. Pues otro que apunto. No haces más que engrosar mi lista de pendientes, jajaja.

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    1. A mí me pasa con otros blogs, así que me vengo xDDD Espero que te guste si lo lees :D

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  4. Suena interesante :) A bote pronto, por la temática, me hace pensar en otro libro (que aún no he leído, y lo tengo pendiente): "La compañía de las moscas", de César Mallorquí.
    Por cierto, por curiosidad, ¿la novela que comentas está considerada como "literatura juvenil"?
    Un saludo :)

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    1. Ehmmmmm... La verdad, no lo he pensado. No lo sé. Yo no diría que es literatura juvenil. Es bastante crudo, no diría que está dirigido a los adolescentes. Aunque llegado el caso estos también puedan leerlo.

      Añado: he estado mirando, y no la he encontrado por ahí clasificada como literatura juvenil.

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  5. Justo hoy he terminado "Tenemos que hablar de Kevin". Un libro bastante intenso que, en esencia (aunque el argumento no tenga que ver), se parece a este -o eso creo-. La relación entre padres e hijos, y entre alumnos de un instituto (aunque de esto menos). El que comentas, me parece un libro también dramático (por el argumento) y, sin duda, me lo apunto. Me llama mucho la atención. Eso sí, lo leeré mucho más adelante, creo que aún estoy en shock.

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    1. Ví la peli y me quitó las ganas de leer el libro, pero he estado siguiendo tus impresiones en Goodreads y me ha picado el gusanillo, la verdad.

      El planteamiento es parecido, sí, pero en realidad las historias de Kevin y la de Marcos no tienen mucho que ver... :P

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  6. Pues hace un par de días que lo acabé y he de decir que me ha gustado. Más que el argumento en sí, que está bien pero al que le encuentro que le falta o le sobra un no sé qué para ser redondo, me ha impresionado el retrato que hace de ese periodo tan complicado que es la adolescencia y del sistema educativo en esa etapa.

    Cuando cerraba el ebook no podía evitar quedarme preocupado pensando en lo que había leído. Un retrato duro de la sociedad en la que vivimos: familia, instituto, amistad, madurez...

    La esperanza está en encontrar personas como el autor, profesor consciente del entorno en el que se mueve y de las dificultades que entraña.

    Muy interesante. Gracias por la recomendación ;)

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    1. De nada, me alegro de que te haya gustado.

      Y sí, yo también sentía preocupación, pero más que nada porque podía identificar situaciones del libro en cosas que he visto y he vivido, bien como adolescente, bien como "profesora". Casos aislados y demás, pero... los reconoces.

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