Lo de antes de la victoria.

Estamos acostumbrados a las historias de éxito, y más en los últimos tiempos. Historias de emprendedores, sobre todo. Hasta en eso hemos perdido. No es que crea que las historias de emprendedores no puedan ser inspiradoras o interesantes, pero comprendedme, no suelen salir dragones. ¿O sí?

Todas las historias de éxito que parecen dignas de ser contadas siguen un patrón que suele repetirse, al menos de manera aproximada. Primero, unos inicios dramáticos: una persona que acaba de quedarse en paro, un joven que estaba harto de buscar trabajo de lo suyo, ... Después la idea, que posteriormente hay que poner en práctica. Y al final, el éxito. A veces, en medio de la narración se incluye un "fue muy duro" o alguna frase similar, pero sin hacer demasiado hincapié, que no desluzca la épica flojita del relato. 

He puesto como ejemplo las historias de emprendedores, porque parece ser que es lo que se lleva, pero vale para cualquier situación difícil, para cualquier obstáculo a superar, desde aprender un idioma hasta batir un récord olímpico. Dicen que cuando llegamos creemos que el camino fue bueno, y quizá es por eso que el esfuerzo del camino se difumina, expresado, si acaso, en expresiones estereotipadas. Porque lo que importa es el final, el logro, la victoria.

Pero antes de la victoria hay todo un camino. Antes de la victoria está lo duro, lo arduo. Porque el camino para superar una dificultad o conseguir un sueño es jodidamente difícil, y eso solo lo sabe realmente el que lo vive. No, no es difícil de respirar hondo y seguir. Es difícil hasta el punto de levantarse cada mañana pensando en dejarlo, o de concluir cada intento diciéndote que será el último. Difícil hasta ese punto, hasta las lágrimas, hasta perder el hambre o el sueño.O la alegría. Es tan duro que cada vez que te haces con los arrestos necesarios para seguir adelante te preguntas qué parte de tu alma estás utilizando como combustible. Así de difícil. Ahora que lo pienso, es comprensible que cuando llegas a la meta lo que más te apetezca sea olvidarlo. 

Casi nunca en mi vida me había sentido así. En muy contadas ocasiones. No es porque todo me haya sido tremendamente fácil, sino porque no me ha sido tan jodidamente difícil. Los retos que me he puesto me han parecido asequibles, con trabajo y esfuerzo, pero asequibles. Sabía que si ponía de mi parte lo que tenía que poner, lo conseguiría. Hasta este último año. En este último año me he sentido así muchos días, torpe, incapaz y fracasada, o un fracaso. Con ganas de dejar esto y lo otro. Con ganas de no salir de la cama nunca más. Con ganas de desaparecer de la faz de la tierra. Y algunas veces, hasta con ganas de morirme, y no es una forma de hablar. 

Espero que algún día este camino forme parte de alguna historia de éxito, y pueda permitirme, así, relativizarlo y sonreír pensando en que valió la pena y en que bueno, quizá no fue para tanto. Aunque en el fondo sabré que sí. Pero eso tampoco es seguro. Esa es la peor parte: a veces el dolor y el esfuerzo es el mismo, y al final no hay premio. Es como una contienda. Antes de la victoria está la guerra y, después no solo hay victoriosos, sino también vencidos.

Y a pesar de todo, no quiero que este post sea triste, sino más bien un gesto de comprensión y hasta de aliento para ti que estás ahí, al otro lado, peleándote con tus gigantes y tus dragones particulares, sean los que sean y que, cuando te cuentan una historia de éxito piensas que falta algo o que la tuya, por el momento, no se parece a aquella. No es porque no vayas por el buen camino, porque no hay un buen camino: solo cabe hacerlo lo mejor que puedas y esperar que salga bien. Ánimo.




Hoy estoy... pensativa
Y estoy escuchando...A las barricadas - LMDC

Comentarios

  1. Dicen que la victoria es poder seguir luchando. Quizá la vida se componga de eso, o sea eso, una guerra constante, en la que las victorias, o lo que se podría calificar como victorias, son esos instantes (es un decir, pueden ser instantes, años, decadas, depende del caso) de paz, en los que parece que todo va y va a ir siempre bien.

    Las cosas nunca son tan negras ni tampoco tan blancas como parecen, o como nos creemos que parecen.

    Lo importante es plantarle cara a la vida y no rendirse jamás.

    Gracias por los ánimos, Vida mía.






    Te aamo <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero a veces cuesta. Y a veces lo pintan tan bonito que parece que estamos haciendo el imbécil. O algo :S

      Eliminar
  2. La verdad que ha llegado un punto en el que esas historias de emprededores, de éxito y de victorias más que animarte a seguir luchando te hunden y te hacen preguntarte que estás haciendo mal, porque ellos sí y tú no... Pero no hay que rendirse, sino seguir luchando para hacer nuestros sueños realidad; por muy jodido que sea, porque sin sueños la vida perdería el sentido.
    Ánimo a ti también.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que pasa es que no nos lo cuentan todo. :) Si tiene que llegar, llegará. Y si no llega, que no sea por tu culpa :) Muá.

      Eliminar
  3. Una amigo dice que el cine y la literatura han hecho mucho daño a las personas normales, porque siempre pensamos en el final feliz de la historia y no todas las historias tienen finales felices. Yo no quiero olvidar jamás mi desesperación, por ejemplo, de once años preparando posiciones, y no creo que lo haga. No quiero, igual que no quiero olvidarme de lo duro que es ser adolescente y lo incomprendido que uno se siente en esos momentos. No quiero porque lo vivido, si no lo olvidas, se supone que ha servido para que seas quien eres y como eres, con éxito o sin él.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y por eso eres tan buena profe. Es fundamental no olvidar las experiencias desagradables para ENTENDER. Entender lo confuso que se encuentra un adolescente, o lo frustrado que alguien se siente cuando no le salen las cosas. No todos los finales son felices, hay que tener eso presente. Y aún así, dar lo mejor de nosotros día a día.

      Gracias por tus comentarios, profe :)

      Eliminar
  4. Yo creo que muchas veces hay que tomar decisiones y hacerle un quiebro a la vida. Si no me tienes nada preparado en este camino, pues ahí te quedas. Pero todo es retórica, luego la práctica es muy complicada, sobre todo cuando te encuentras en callejones sin salida. En fin, al final todo es cuestión de casualidades y buena o mala suerte, no lo des más vueltas. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por eso. Solo nos queda hacerlo lo mejor que sepamos o podamos, y ver qué pasa. Muá.

      Eliminar
  5. =( y =) al mismo tiempo.
    A Jack lo leo muy positivo y a Lya muy práctica. Y yo no sé qué decirte.
    La sintonía es esencial para empatizar, y tu post de hoy me parece muy de sintonizar con otros.
    Me siento un poco así a diario, pero luego también creo que he recorrido ya parte del camino, aunque el final no vaya a ser feliz. O al menos con una felicidad cerrada. No sé, estoy en una racha demasiado negativa en la que no convengo a nadie, pero creo que aprenderé muchísimo de esto, por lo que también creo que tú aprenderás de esos ratos malos de no querer salir de la cama. Yo tampoco quiero salir, créeme, otras veces me obligo y salgo llorando. Pero bueno, al final salgo y cuando termina el día tengo que tragarme mis prejuicios y decirme a mí misma "bueh, pues no ha sido tan grave...".
    No hay un solo camino y no hay un solo final feliz!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espachurre. Abrazo de tres vueltas. ¿Sabes? Yo sé que pones lo mejor de ti en todo lo que haces. No sé, si el mundo fuera justo, merecerías tu final feliz. No hay garantías. Pero lo bueno es que tmapoco hay garantías de que tevaya a ir mal. :) Ánimo.

      Eliminar
    2. Supongo que mi pragmatismo viene dado porque tengo otra edad, y he pasado por esos momentos que decís. No es que haya llegado al final, ni mucho menos, pero sí parece que, por ahora, estoy en un descanso del camino, que me servirá, espero, para crecer y fortalecerme de cara a lo que vendrá, que, vuelvo a esperar, será más y mejor. Pero, lo que os decía, yo he pasado por la misma situación de Bettie. Sé lo que es preparar oposiciones y querer morirte, sé lo que es esperar convocatorias, esperar plazas, esperar, esperar, y sentir que lo que quieres cada vez se aleja más, sé lo que es soñar con trenes que te arrollan y mirarte al espejo y no reconocerte. Pero sé también lo que es dejarlo todo por no ser feliz en ese camino, no sé si porque no era el mío o porque las circunstancias me lo pusieron demasiado difícil y tiré la toalla. El caso es que cinco años después aquí estoy y no me arrepiento de haber mandado todo a la porra. Cierto es que he tenido suerte, como cierto es que me lo he currado mucho, muchísimo, contra viento y marea para tenerla. Quiero pensar que todo pasa porque tiene que pasar (aunque suene muy coelhista), y que para todos hay un camino aunque a veces no lo veamos bien.

      Joe, qué rollo. En fin, eso, que no desesperes, que eres muy joven y que si hay que coger las maletas, cógelas y lárgate de este país de m****. Seguro que dentro de unos años todo esto de ahora no es más que un mal sueño. Mil besos.

      Eliminar
    3. No sé por qué todo el mundo se empeña en echarme. Si soy de las pocas cosas buenas que quedan en España... XDDDD

      Eliminar
    4. Anyway... en mi caso no es por las oposiciones, o al menos no solo. De hecho no soy infeliz preparándolas, aunque me jode sobremanera la incertidumbre y todo lo demás. Son... otras cosas. Si el contexto fuese un poco diferente las oposiciones no serían un problema para mí. Creo.

      Eliminar
  6. Sin caer en pasarlo de puta pena en el camino,es verdad que cuando nos cuesta conseguir las cosas, se disfrutan mas, porque valoramos nuestro esfuerzo y nos sentimos orgullosos por haber sido capaces de seguir adelante. Pero yo estoy contigo en que jamás he sentido estar haciendo un sacrificio, cuando me he esforzado por algo ha sido porque eso era lo que quería y lo he llevado bien. Lo del ultimo año Bettie....es una situación complicada y desesperanzadora, sobre todo porque en gran medida no depende de ti, pero recuerdo tu balance de año y para mí tenia un montón de cosas buenas. Me acongoja leer esos momentos en los que preferias estar muerta....Eso es lo ultimo, te perderías la miel, los cuentos, los comentarios petardos como éste y sobre todo dejarias a un monton de adolescentes sin la mejor profesora que van a tener.
    Vas a llegar, estoy segura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, a veces han existido esos momentos. Lo he pasado mal este último año. Muy mal. Pero ya estoy bastante mejor. Y si con ese ánimo tan mierdoso he conseguido hacer según qué cosas, que tiemble el mundo. Hasta ahora me he conseguido lo que me he propuesto, así que a lo mejor es solo cuestión de tiempo... :)

      Eliminar
  7. Yo te entiendo muy bien, y aunque hoy lo hago más aún por motivos tontos míos, no está de más centrarse un poco más en el camino, vale que las victorias son muy bonitas pero ay de algunas piedras del camino, que hijap... son

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López