Tenía (y tengo) mis razones.

Cuando llegué a casa de mis padres vi en la estantería cosas que antes no estaban ahí: papeles, cajas de CD, libros, ... Así a bulto, no reconocí qué era todo aquello. Mi madre me informó que había desalojado una caja de cartón en la que yo tenía guardados libros, papeles y más cosas, y que lo había dejado ahí. Que cuando pudiera, le echara un ojo y me organizase.

Ayer mismo, por la mañana, me puse a ello. Aquella caja contenía cosas diversas traídas desde mis 18 años: los libros de la autoescuela, los apuntes de segundo de bachillerato, el periódico del instituto, un CD de un grupo de ska con mejor melodía que letras, y aún así, bastante malo, recuerdo de algún concierto, la agenda escolar de aquel año y multitud de folletos informativos de universidades y de orientación. 

Me dio por revisar los test de orientación, y no había duda. Tres opciones destacaban, con mucho, sobre todas las demás: Literatura y artes (por lo de la escritura, supongo ,porque yo arte tengo poco), Humanidades (Antropología, Historia y Filosofía, principalmente) y Educación. 

A veces me preguntan por qué me empeciné en estudiar Filosofía, por qué quise, además, dedicarme a la enseñanza. Por qué no estudié magisterio, o un ciclo, o algo con futuro. Y a veces me preguntan por qué sigo empecinada. Por qué no me busco un trabajo de verdad, aunque con otras palabras.

Y no, no es empecinamiento. Si tuviese otra salida, si pudiese hacer algo que me permitiese ganarme la vida, probablemente mis ganas de enseñar filosofía quedarían un poco aparcadas, pues la urgencia de la vida manda bastante. Pero, estando como estoy, esa idea y ese propósito es de lo poco que me queda, y no puedo permitirme que una de las pocas cosas en las que me mantengo firme se afloje.  Enseñar filosofía, a veces creo que es lo que mejor haría, otras, que es lo único que haría bien.

Hace siete años, allá por mis 18, hubo algo a la base de esa decisión, una idea, un propósito, unos principios. Y aunque a veces dude, aunque a veces piense que si volviera a nacer haría otra cosa con mi vida -académica, al menos-, aunque a veces desearía haber sido peluquera, esa idea, ese propósito y esos principios siguen ahí, intactos. Quizá, hasta más firmes. Nada de eso ha cambiado.  Es solo que, bueno... el camino está siendo un poco más escarpado de lo que yo pensaba. Solo eso.

Comentarios

  1. yo tengo el firme convencimiento que algún día compraré un libro tuyo y le diré a mi hijo " yo fui colega en las redes sociales, la conocí por (fíjate tú) un blog potinguero que tuvo". Bettie, es usted mu grande, pero que mu grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracías L. Eres un sol. Y si no publico libro, no te preocupes. Le escribo un cuento a garbancín -ya no garbancín, claro- para que se lo cuentes ;P jaja :) Gracias, de verdad.

      Eliminar
  2. y haces muy bien Bettie. HAce poco leía un blog de una mujer que decía no sentir ninguna afinidad por su trabajo, y debía de ser un curro de esos chachis (dinero, prestigio social...algo financiero), pero ella no se identificaba con su trabajo, deseaba llegar a casa o tener vacaciones. Me resultó muy triste. La verdad. El trabajo es parte muy importante de nuestra vida. Yo, siempre, excepto cuando fui tele operadora, he sido muy feliz trabajando en lo que he currado. Pero cuando trabajé en el sector audiovisual, lo que había estudiado, mucho más. Porque era mi elección, porque era lo que yo había decidido. Y porque me sentía muy afortunada de poder desarrollarme profesionalmente en ese ámbito.
    Siendo profesora también he sido muy feliz, aunque no me ha dado mucho tiempo a saborearlo.
    con todo este rollo te quiero decir que te comprendo, que sigas teniendo paciencia, que no te metas en lo que sea...que insistas en lo tuyo...que lo lograrás y que además, una privilegiada, porque serás FELIZ TRABAJANDO.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si luego, después de todo esto, soy infeliz con el trabajo, es que ya es para pegarse un tiro xD

      Eliminar
  3. Serás feliz trabajando y ademas seras UNA PROFE COMO LA COPA DE UN PINO.

    Ya lo eres.

    TQMBB

    ResponderEliminar
  4. Y que no cambien, sigue ese camino porque sin duda es el tuyo, aunque a veces de algunas vueltas y se haga un poco pesado, aunque tengas que ir renovando zapatillas para andarlo. No desistas ni tomes atajos, si dudas está bien, ¿alguien no duda de sus decisiones?
    Es verdad que a veces no hay salida y hay que escoger otros caminos, otras vías, pero espero que nunca tengas que hacerlo. Porque yo no tengo ninguna duda =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por los ánimos Runa de mi alma. :) A ver si es verdad, que no neesito cambiar de rumbo, solo renovar zapatillas...

      Eliminar
  5. Entre que no me sé expresar tan bien como estas mozas y que ya lo han dicho todo xD
    Es genial que sigas con ese convencimiento de lo que quieres hacer. Lo conseguirás! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que dure, porque en el momento que pierda ese convencimiento, me va a ir muy mal.

      Eliminar
  6. Que nadie te haga desviar de tu camino. Yo soy feliz en mi trabajo, hasta el momento sólo he encontrado un par de áreas que no me han gustado pero de las demás siempre he querido repetir

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López