Etiquetas.

En nuestra cultura nos empeñamos en etiquetarlo todo. Tanto es así que nos cuesta horrores cambiar el sistema de etiquetado y mejor no hablamos de vivir sin etiquetas. Recuerdo un debate en la facultad. La profesora nos hablaba de lo pobre que es la clasificación dicotómica de los géneros asociada al sexo y de la poca relevancia que tiene en realidad. "¿Qué nos aporta saber si una persona es mujer u hombre?", decía. La mayor parte de la clase no entendía lo que estaba diciendo, y a mí me pareció chocante también. Continuó hablando: "Y esa obsesión por conocer el sexo de un bebé incluso antes de que haya nacido...Como si el sexo fuese lo más importante, como si tuviese alguna relevancia, después de todo...", continuó diciendo. En ese momento, alguien protestó, diciendo que eso que decía no tenía sentido...que cómo íbamos a vivir sin esas categorías, pero cuando la profesora preguntó por qué decía aquello, nadie supo aportar un argumento medio convincente.  Después nos relató que tuvo conocimiento, por una amiga médica, de una escena tremenda que montó una familia al completo en el hospital cuando le dijeron que el bebé que habían tenido era intersexual, diciendo que era poco menos que un monstruo y exigiendo que le hiciesen lo que le tuviesen que hacer para que fuese chico o chica. Cada vez que lo pienso lo veo más claro...sí que es verdad que se le da demasiada importancia a unas categorías que, en realidad, no tienen tanta, no añaden tanto. 

Pues como ese caso, muchos más. Lo peor de las categorías es que vienen con una definición atada, claro. "Macho: dícese de aquel animal con órganos reproductores masculinos", "Hembra: dícese de aquel animal con órganos reproductores femeninos". Estas definiciones parecen simples, pero en general, las etiquetas vienen con definiciones mucho más complejas, traen con ellas muchos requisitos que cumplir. Y generan expectativas. Si etiquetas tan simples como macho y hembra se nos quedan apretadas a veces, qué no pasará con otras...

De un tiempo a esta parte tengo muchos problemas con las etiquetas, porque no me identifico con ellas, con sus definiciones, y por ello, me quedo "desetiquetada" y me siento incómoda.  Ya os hablé de lo incómoda que me sentía con la etiqueta "filósofa", hasta con la etiqueta "especialista en filosofía", y con todas las similares. Hasta empiezo a sentirme rara con la etiqueta "profesora de filosofía".Siento, y sé, que no entro en el estándar de la etiqueta y no es solo una percepción subjetiva. Y esto, en ocasiones, me atormenta bastante. También me queda mal la etiqueta "joven" ya, aunque por suerte es tan evidente que no cumplo con el estereotipo de "joven" que casi nadie me la atribuye. Me pican las etiquetas "inteligente" y "responsable", no entiendo por qué a veces me cuelgan la etiqueta "culta",  me quedan muy grandes etiquetas como "trabajadora" o "perseverante". Extraño poder volver a ponerme la etiqueta "independiente", pero de verdad y de una vez por todas, y me gustaría haber llevado alguna vez la etiqueta "valiente" o merecer la etiqueta "buena persona". 

Pero, ya os digo, últimamente las etiquetas no me traen más que quebraderos de cabeza, malos ratos y malestar.  Y, aún así, cuesta tanto, es tan incómodo, estar desetiquetada...






Para compensar con este post tan "bleg", os dejo un enlace a un post de Perri en el que incluye un audio-relato de cosecha propia precioso. Ale.

Comentarios

  1. buh! este tema da para largo y tendido xD
    A mí me cuesta no caer en las etiquetas, es algo tan arraigado que uf!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ti te cuesta, y a mi, y a casi todos. Por eso es tan difícil...

      Eliminar
  2. Etiqueta BUENA PERSONA: Lo de poner el enlace a mi post, lo demuestra. (Ya decía yo que cuantas lecturas había tenido...)
    MUCHAS GRACIAS.


    Creo que la cosa viene más de una percepción deformada de nosotros mismos que de la propia etiqueta.

    Si la gente te considera culta, inteligente, responsable, será porque tú trasmites eso y porque seguramente lo seas. Otra cosa es que, con humildad, tú consideres que para llegar a ser eso te falta todavía. Pero no porque seas inculta, tonta e irresponsable.
    Eres filosofa, puesto que has estudiado filosofía, eso es cierto. Lo que no eres es bióloga o mariachi de cantina. Lo que pasa es que tú percibes aquello de SOLO SE QUE NO SE NADA,y te incomoda decir: soy filosofa, por aquello de que uno llega a ser nada, siempre estamos en camino de...

    Algunos somos demasiado exigentes con nuestras etiquetas y por mi experiencia eso nos pone demasiados muros delante. Nunca nos consideramos suficientemente preparados, inteligentes, responsables, divertidos...y en consecuencia dejamos de intentar algunas cosas porque nos ponemos trabas absurdas. Aunque también nos etiqueta como personas humildes y con afán de superación.
    Otros se ponen etiquetas que, sin duda, no les corresponden. Por no irme muy lejos todos estos personajes que están en el congreso se consideran a si mismos: RESPONSABLES, INTELIGENTES, ¿HONORABLES?, EDUCADOS, SOLIDARIOS????
    No digo nada de los Alibabá y los 1000 ladrones: Bárcenas, Urdangarín, Infanta...Ellos se etiquetarán ¿como ladrones o como HONORABLES PERSONAS? seguro que lo primero, ni de coña.

    En fin, que comprendo lo que dices e incluso lo comparto, sobre todo en lo de profesora y especialista en...en el fondo para mí misma yo tampoco cumplo con lo que se supone que soy.
    No se...es complejo el tema. Complejo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Complejo y tormentoso. Gracias por el megacomentario, Perri :)

      Eliminar
    2. Coincido contigo, Perri :)
      Me gustan mucho tus comentarios.

      Eliminar
    3. Yo es que después de leer lo que te ha escrito Perri no sé qué añadir salvo miles de aplausos

      Eliminar
    4. Es que esta Perri se explica muy bien :P*

      Eliminar
  3. La Psicología dice que las etiquetas son necesarias porque es la forma en que el cerebro organiza la información, sin ellas sería todo un revoltijo indescifrable. El 'problema' viene por los prejuicios que se asocian a las etiquetas, más concretamente con el valor social y cultural (también personal) que se da a las mismas y que influye en actitudes y comportamientos. Los prejuicios también pueden afectarnos como en este caso, cuado el valor que se da a la etiqueta es tan alto que uno mismo no se cree merecedor de la misma.
    Y dicho esto, lo que yo siempre recomiendo es ser la mejor versión de uno mismo.
    ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo malo de eso es cuando la versión de uno mismo nunca es suficientemente buena para él mismo. Demasiada autoexigencia me dicen a veces, y yo siempre pienso "demasiada poca". jaja

      Eliminar
  4. es verdad que muchas veces tendemos a etiquetarlo TODO, pero creo que también son algo necesarias y nos ayudan a simplificar las cosas es un primer momento. en muchas ocasiones lo malo no es la etiqueta en sí sino lo que va asociado a ella subjetivamente, el perjuicio de cada uno..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, quizá el problema de las etiquetas son las valoraciones que conllevan.

      Eliminar
  5. Yo creo que es esto último, Bettie, las valoraciones, los diferentes (o generalizados) significados que se le dan a cada etiqueta y las consecuencias que conllevan, no la propia etiqueta en sí.

    Yo no sé... También he estado siempre "etiquetada", creo que estoy tan acostumbrada que ni pienso en ello...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo nunca he pensado en ello, hasta hace unos meses, que veo que las etiquetas que llevo no me quedan bien, no me siento cómoda. No sé.

      Eliminar
  6. Estoy haciendo repaso por tu blog de entradas antiguas que no había leído y ahora de pronto me topo con esto. Llevo una semana con crisis vital, creo que lo comenté en algún sitio, y el tema de las etiquetas es algo a lo que le he dado muchas vueltas últimamente. No me gusta lo que se espera de mí (por esas etiquetas) porque ni yo misma sé qué quiero, qué quiero querer... Y bueno, tampoco me gusta lo que yo espero de mí, ni las etiquetas que me autoimpuse influida por las que me impusieron otros. Desde el momento de nacer hay que lidiar con eso y por mucho que te empeñes en desconfirmar esas etiquetas, a ojos de los demás sólo te reafirmas. O eso me dijeron en primero de carrera xDDD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A lo mejor en primero de carrera estaban equivocados. Aunque no se trata de desconfirmar ninguna etiqueta. Se trata de vivir a tu manera, supongo. :*

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López