¿Cuál es el objetivo del sistema educativo?

Ayer leí un tuit, la verdad es que no cogí el enlace - perdón -, que decía algo así como que algo falla en el sistema educativo, si nuestros niños entran queriendo ser astronautas y salen queriendo ser funcionarios.  Voy a obviar el tema del funcionariado. Bueno no, no lo voy a obviar. ¿Qué pasa? ¿Que no se puede querer ser funcionario? ¿Querer tener un puesto de trabajo estable es algo a criminalizar? ¿O es que estamos presuponiendo que los funcionarios cobran del estado sin hacer nada?  Si nadie quisiera ser funcionario y pasar unas duras pruebas selectivas, en las que hay muchísima competencia, habría muchos servicios que a saber por quién proporcionaría. Probablemente, empresas privadas, con trabajadores mal pagados y explotados y con una calidad peor, porque entra en juego el beneficio, como decía en otro post.Y otra cuestión es que el sistema educativo incite a los chicos a ser funcionarios. El funcionario más cercano que tienen es el profesor, y de verdad, no creo que el ideal de vida de los niños sea ese. Y menos ahora, que les quitan pagas, recortan sueldo, y demás.

Pero dejemos ese tema de lado y centrémonos en otra cosa. Creo que no por mucho repetir algo se convierte en verdadero. Y últimamente parece que está de moda repetir que el colegio mata la creatividad de los niños y corta sus aspiraciones.  Supongo que depende de por dónde se mire. De hecho, hay quien dice que el sistema educativo ha insuflado demasiadas aspiraciones a los jóvenes españoles. Pero, ¿en serio estamos echando la culpa al sistema educativo de que los niños no quieran ser astronautas de mayores? Ahora va a ser el sistema educativo el que va a tener la culpa de que yo abandonara mi profesión ideal cuando tenía 3 años: actriz y cantante. 

Además, ¿qué tipo de elitismo churro es éste? Primero, ¿todos tenemos que querer ser artistas, científicos o similar? ¿Estamos considerando un fracaso a la persona que quiere ser albañil? ¿Carpintero? ¿Maestra? ¿Dependienta? Porque aunque haya quien no se lo crea, hay gente que tiene puestos de trabajo normales y corrientes que no son frustrados de la vida, que están contentos con su puesto de trabajo. Y que no son robots. Son gente inteligente, creativa y con mucha vida intelectual. Pensar lo contrario es ser muy simple y simplificar al resto.

Segundo, aunque queramos ser algo, no todos podemos. Yo no puedo ser cantante porque España sería declarada zona catastrófica por inundaciones constantes. Ni puedo ser astronauta porque no tengo las capacidades físicas necesarias. O renuncio a ser lo-que-sea porque no me compensa el esfuerzo. ¿No son decisiones legítimas?

Todo esto, por no hablar de que si todos nos dedicásemos profesionalmente a ser astronautas, pintar cuadros y escribir libros, no sé quién entregaría las cartas, recogería las verduras,  envasaría los alimentos, ... 

Está de moda echar las culpas de todo al sistema educativo. De que los jóvenes no emprenden (¿no será que es algo muy arriesgado y que no tienen dinero?), de que mata la creatividad, de que nos hace acríticos, ignorantes, mata nuestra curiosidad,... Pero yo me pregunto, ¿creemos que la escuela y sus profesores son hadas madrinas, capaces de convertir calabazas en carrozas con un golpe de muñeca y que por tanto pueden convertir a los niños en lo que ellos quieran? ¿Creemos que tiene la escuela toda la responsabilidad en la educación de los niños y jóvenes?  

A todos los que se quejan tanto, les diría que, aparte de observar el sistema educativo, se preguntasen cuántos padres van a museos con sus hijos los fines de semana, o a bibliotecas. Cuántos salen al campo a hacer excursiones. Cuántos pasan un rato enseñándoles cómo funciona una bicicleta y cómo repararla, o cómo construir bebederos para pájaros o estanterías para las especias. Cuántos comentan temas científicos con sus hijos. Cuántos padres gastan dinero en llevar a sus hijos a talleres de teatro o escritura, en lugar de a fútbol o clases de inglés.Y que se pregunten también cuál es el status que tiene un investigador en la sociedad española, por ejemplo. O el de un músico. Pude presenciar como unos alumnos, estudiantes de conservatorio de música y danza presenciaban como sus estudios y titulaciones iban a ser degradados. Como se desprestigiaba aquello que era su vocación, a lo que querían dedicarse.



No es que crea que la culpa es de los padres, del Estado, ni tengo a quién señalar en concreto. Pero a lo mejor todo influye, y el sistema educativo, aunque tiene mucho que mejorar, no es el único responsable de que los niños, en cuanto empiezan a despertar al mundo, prefieran ser tronistas de MHYV. 

Comentarios

  1. olé tus huevos!!!
    Nada que añadir. Lo has dicho tú.

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  2. Como he estudiado para ser maestra, y es lo que pienso ser, me siento bastante identificada con esta entrada.

    Para ser claros, coincido casi punto por punto con lo que tú dices, con algunos matices.

    Es cierto que, a veces (no siempre, cierto es), la escuela "aliena" en el sentido de que reproduce roles sociales. Que el niño que viene de familia obrera, acaba obrero y que el niño que viene de familia bien, acaba en puestos importantes. Aquí el punto está en, como bien dices, no obsesionarse con la idea de que ser obrero es malo y ser mandamás es bueno. También es cierto que cada una de esas cosas viene con atribuciones distintas, para unos muy poco halagüeñas y para otras condiciones de vida estupendísimas. Los maestros que se queman con esta difícil dualidad son los que luego se desilusionan y sufren depresiones.

    También es verdad que al sistema educativo se le hacen exigencias que no es capaz de cumplir. Ni el sistema, ni los integrantes. No podemos conseguir (porque como indicas, no es realista) que todo el mundo tenga una profesión maravillosa, pero tampoco tenemos por qué despreciar a los que no sueñan con esas profesiones.

    Por último, y como colofón a este comentario largo como un día sin pan, cuando yo le dije a mi padre que iba a estudiar para ser maestra, se paso como tres meses diciéndome que por qué maestra, que yo podía aspirar a una carrera mejor, que qué iba a hacer con eso, que si otras carreras me abrirían más puertas. Lo siguió diciendo cada vez que yo llegaba con una buena calificación a casa. Por alguna razón, para él era una "carrera de segunda". Así es como la sociedad acaba viéndote, según tu carrera sea "de primera" o "de segunda"

    Muy interesante la entrada. Un saludo.

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    1. Estoy de acuerdo con tus puntualizaciones. El sistema educativo tiende a reproducir roles sociales, porque hay abismos que no puede salvar: es más fácil que un niño hijo de padres analfabetos fracase en el colegio que el hijo de padres con estudios medios o superiores. Son cosas de la estadística y la realidad social. Pero creo que más problema que el sistema educativo tiene la sociedad, que no es capaz de asumir que los hijos de los jornaleros hayamos accedido a los estudios universitarios.

      Mi carrera ni siquiera es de segunda, es una pérdida de tiempo. Fíjate, que me han dicho que si quería dedicarme a la enseñanza, por qué no estudié magisterio... XDD

      Gracias por tu supercomentario ^^ enriquece el blog! :D

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  3. Yo sobre lo de que quieran ser funcionarios, casi lo voy a obviar... No quiero ponerme soltar mierda XD

    Respecto al resto, no hay nada que añadir ni opino diferente que tú <3

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  4. El trabajo debería ser siempre vocacional, si tu vocación coincide con un puesto de funcionario ya será casualidad.
    La educación no empieza en el colegio, es más ni siquiera es obligatoria la escuela, lo que es obligatorio es la EDUCACIÓN.
    Los padres, el estado, los maestros, el sistema educativo, whatever... todo influye y debería trabajarse en conjunto, pero al parecer sale mejor tener chivos expiatorios.

    PD: mi padre es albañil vocacional y es súper feliz, disfruta con su trabajo y desde que empezó la crisis apenas la ha notado, por suerte.

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    1. Me alegro por tu padre la verdad. Yo es que viví una escena en un bus. Una abuela iba con su nieto pequeño. Y le nene dijo "Yaya, de mayor quiero ser albañíl". Y la abuela le contestó, asombrada "no cielo! tú tienes que estudiar para de mayor ser médico, o abogado, albañíl no!". Jack iba conmigo y lo puede corroborar. Se me puso todo el vello del cuerpo de punta.

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