Post con giro: Lo poco gusta y lo mucho cansa, pero...

Cuando no tengo claro de que voy a escribir me pasan estas cosas. Pensaba escribir de las cosas que son especiales, pero dejan de serlo a fuerza de abundancia. En concreto la cosa iba por los fuegos artificiales. Siempre me han gustado mucho, pero claro, eran algo inusual. Los fuegos artificiales en mi pueblo ocurren una vez al año, dos máximo, en indican el principio de las fiestas, y en su caso, el final.  A decir verdad eran unos fuegos artificiales bastante cutres. Bastante mucho. Vamos, que cuando vi por primera vez la Nit del Foc valenciana, flipé en colores y con chiribitas.  Y cuando me vine a vivir aquí me encantaban los fuegos artificiales. Hasta que te cansas. Es lo que tiene oír petardos cada dos por tres.  Porque claro, ya estoy en el punto en el que, cuando oigo petardos, en lugar de asomarme corriendo al balcón o a la ventana de la cocina,  pregunto: "¿Pero qué mierda de fiesta es hoy?" Y esto venía a que  a las 00.00 hay un super castillo de fuegos artificiales con motivo del 9 d'Octubre, día de la Comunitat Valenciana (Momento solemne) Per ofrenaaaaar noves glòries a Espanyaaaaaa tots a una veeeeeeeuu, germans vingaaaaauuu)

Aprovecho: Feliz día, Valencianos.

Volviendo al tema: Y es que dicen que lo poco gusta y lo mucho cansa, pero ¿siempre? Pues sí. Siempre. Lo que pasa es que a veces nunca llegamos al "mucho". Hay cosas de las que nunca hay suficiente.Eso ya es otro cantar, ¿verdad?

Y aquí es donde viene el giro del post. Una de las cosas de las que nunca hay suficiente son buenas condiciones laborales. Sobre todo si hablamos desde España. Que sí, que seguramente que habrá sitios donde la cosa estará peor. Pero aquí la cosa pasa ya de castaño oscuro.

Me he descubierto pensando en esto, y relacionando estas dos ideas, mientras hablaba con mi amiga, la que ha emigrado, de sus condiciones laborales, y de como sus jefes le han buscado un piso precioso en una zona fantástica de Londres. Provisional, si la cosa no va bien en ese piso -que es compartido- buscarán algo más adelante. Eso es lo que me estaba contando hoy. Otros días hemos hablado de otras cuestiones laborales. E invariablemente mi cara ha sido...

Condiciones laborales que, por surrealistas, son propias de Ooo
Y lo que pasa no es que ella tenga unas condiciones ultra-flipantes-alucinantes-de-la-muerte. Simplemente, tiene unas buenas condiciones.  Lo que están haciendo con ella debería ser lo normal. Una empresa que contrata a una trabajadora que tiene que dejar su país, agradecerá sentirse cuidada y acogida.  Agradecerá sentir que la empresa se preocupa por ella.  Y ese agradecimiento, probablemente, se traducirá en un buen ambiente laboral y en un buen desempeño de su trabajo. Digo yo, vaya.  Que, por otra parte, ahora que lo pienso, debo estar equivocada. Si esto fuese así, ya se le habría ocurrido a alguna de las lumbreras empresariales de este país. Al señor Zara, o mejor,  al señor Mercadona, que siemrpe tiene sugerencias tan pertinentes y adecuadas para mejorar el panorama laboral español. Aunque creo que el tira más por encerrarnos a todos en un sótano oscuro 16 horas al día a cambio de 1 saco de harina y 3 paquetes de legumbres al mes. Avanzando en el modelo chino.

Bueno, me temo que, como en España somos muy flamencos, estábamos en la Champions League de la economía, crecíamos a velocidad supersónica, sabemos de verdad cómo van las cosas, y además, hacemos lo que hay que hacer y como Dios manda, pues mi amiga acabará tristísima, rendirá muy poco, y además, la empresa se hundriá por tratar bien a sus trabajadores.  Pista: NO. 

Una cuestión, así, para animar el cotarro y hacer un pequeño sondeo...¿cuáles son las peores condiciones laborales en las que habéis trabajado, o la peor jugarreta que os han hecho los jefes?


Comentarios

  1. Sin duda, fue cuando estuve trabajando en Barcelona. Un sueldo miserable, si tenía que ir a alguna ciudad dormitorio me daban para comer un vale de tres euros (ya te puedes imaginar para lo que daban tres euros para comer), flexibilidad de horario de salida (vamos, que llegaba a mi casa a las mil todos los días), y rigidez absoluta en el de entrada, los jefes te cronometraban el rato del desayuno, viajes a montón... vamos, uns joyita de trabajo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué maravilloso es todo. Estarías super agusto. Eso sí, si tenías que comer con 3 euros, te podías haber quedado hecha una sílfide.

      Eliminar
  2. A mí me da hasta vergüenza recordar una de las peores cosas que me hicieron en el trabajo (me has dado una idea para un post).

    Voy a contar una que me dolió mucho porque aunque a mí me afectaba laboralmente a otra persona le afectaba en su salud.

    Yo trabajaba en una residencia y tenía una señora con una herida que no evolucionaba pese a mis esfuerzos... me enteré que una tipa, en los fines de semana (que yo no iba) le recortaba tejido muerto de la herida con unas tijeras :_______(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. WAT!? gggggggghhhhhhh Indignación creciendo. He convivido durante años con una persona con una herida de difícil curación (AÑOS para curarse) y estas cosas me hacen hervir la sangre :(

      Esperaré ese post que dices :D

      Eliminar
  3. Eeeehmmm... ¿Las peores? Llevo 6 años así...
    No sé, cada año va a peor, menos horas, menos sueldo, más trabajo, llegar antes e irte después... Así estuve 2 años y pico y un día se me ocurrió quejarme, porque yo todo eran buenas caras y "si bwana", estaba contenta y me parecían minucias porque además seguía estudiando y era joven y me tenía que sentir afortunada y blablablá. Total, que llegó un verano y mi "jefe" quiso retrasar la hora de salida de los nenes y yo le dije que no, que todos los veranos salíamos a X hora, que no se podía retrasar. Empezamos a discutir y allí delante de todos los menores me zampó a gritos:
    - Esto es lo que hay, si no te gusta ya sabes dónde está la puerta.

    Y flipé mucho. Y los niños también. Encima se llevó 2 días sin hablarme y tuve yo que ir a buscarlo para solucionar las cosas. No me dejó hablar y de la rabia acabé llorando.
    Está mal que yo lo diga Bettie, pero en mi trabajo soy muy buena, cumplo todo y siempre tengo la sensación de que lo puedo hacer mejor. Pero cosas así me queman y por muy buena que sea en mi trabajo tengo derecho a quejarme. Este año para un mes y medio teníamos 6 barras de pegamento para 80 niños, unas 20 cartulinas, poquísimos colores/rotuladores, no había radio ni témperas... Dime tú qué haces, por muy creativa que sea al final me tengo que gastar el dinero de mi bolsillo y no porque quiera, si no por los niños.

    Lo que me dijo mi jefe no lo he olvidado ni lo olvidaré y ya no se me ocurre no quejarme, si me quieren largar que me larguen, pero sé que no lo van a hacer. Lo que no me explico es que contraten a verdaderos subnormales y les hagan responsables (como mi "jefa" la que desembocaba las reuniones...).

    Durante un mes trabajé para la universidad haciendo interpretación de datos estadísticos y me trataron fatal... Pasaron de mí. Pero aún tengo en mi casa los tests que hicieron, si los quieren que me llamen.

    Luego en otra Asociación que estuve me dejaban sola para recoger a los niños que viven en la peor plazoleta del barrio, una vez me rodearon entre un montón de hombres que querían pegarme o atracarme o yo que sé, pero una niña me salvó porque me reconoció y empezó a gritar: "maestraaaa!!" y ya los demás se apartaron.

    No sé, nena, no he tenido un trabajo con buenas condiciones en la vida, así que me alegro mil por tu amiga y ojalá la cosa empiece a cambiar.

    ResponderEliminar
  4. Ups, me emocioné, perdón por la parrafada V.V

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Apuf, qué triste que tengas eso que contar. No te conozco trabajando, pero por lo que sé, pareces una persona muy responsable y cumplidora. Y sobre todo, que se implica. Qué fuerte. Espero que pronto llegue algo bueno, o por lo menos, con unas condiciones algo mejores...

      Eliminar
    2. Mi burbuja, mis normas... Yo también te deseo lo mismo que Bettie. Ojalá encuentres algo mejor, que vaya telita... ¡Ánimo!

      Eliminar
  5. Nunca he tenido unas malñas, pésimas, condiciones laborales, pero si es verdad que tampoco para tirar cohetes. Lo pero fue cuando curre de teleoperadora, en una campaña de venta de un apéndice de una enciclopedia espasa de literatura. Era horroroso porque, seríamos 15 personas, y todos los días el empezar la jornada nos decían las ventas que teníamos que hacer ese día, si al final de la jornada no las habíamos hecho, ya sabíamos que al día siguiente no teníamos que volver. Eso era una canallada y todos los días había llantos. Yo aguanté hasta el final, pura suerte, pero también me tocó despedir a otros compañeros. Lo bueno fue, que a pesar de la competitividad malsana que podría haber creado este curro, los compañeros nos llevábamos genial e incluso si algún día uno hacía ventas de más se las pasaba a otro que se había quedado corto y así evitaba el despido.

    Y estoy totalmente de acuerdo, no es que haya gente ahí fuera (de España, ¡¡coño!!) que tenga unos trabajos de puta madre, simplemente tiene unas condiciones laborales dignas. Y sí, está claro CUANTO MEJOR NOS TRATAN EN UN CURRO PEOR TRABAJAMOS Y CUANTO PEOR NOS TRATAN MEJOR TRABAJAMOS!! Modo ironía ON.
    No soporto, no soporto esa filosofía de trabajo.
    También tengo que decir que he trabajado con muuuucha gente que en los pasillos se quejaba de todo y en las reuniones NO ABRÍA LA BOCA. Eso tampoco lo soporto. Yo he hablado mucho, y siempre me he ido yo de mis curros, nadie me ha despedido.
    Besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora casi todos los trabajos que salen son en plan así: vende tanto o a la calle. Y no depende de tí, jo.

      Eliminar
  6. La verdad es que después de leer a Mi burbuja, mis normas creo que no me puedo quejar de nada... No he tenido trabajos maravillosos, pero sí que han sido más o menos buenos o cuando menos aceptables con sus más y sus menos.

    Eso sí, en uno duré 20 días, porque me metieron en una tronja con una ventanuca de 50x70cm que daba a un almacén que estaba sin terminar con polvo y radiales durante toda la mañana. El primer día me dieron 50 euros y la tarjeta de Makro y me dijeron "ve a comprar las cosas", porque cuando llegué no tenía ni un boli en la mesa O_o Aparte de eso tenía que hacer reparto con mi coche al salir de la oficina y el jefe me traía cosas de otra de sus empresas para que se las tradujese y tal... Cuando pasaron los 20 días me llegó el hombre diciéndome que no estaba convencido de que yo pudiera llevar sola la oficina. Justo cuando ya estaba todo rodando, el programa informático caminando (me tuve que buscar la vida para encontrar un manual y aprender a usarlo yo solita), los repartos organizados y todo al día... WTF! Lo mandé a la mierda, en esos momentos aún vivía con mis padres y me lo pude permitir.

    La mayor putada que me han hecho... Pues después de estar currando en una empresa durante siete años, de ser la única empleada y ocuparme de clientes, proveedores, facturación, contabilidad, logística, almacén (incluso carga y descarga durante un tiempo con la máquina y todo); de poner a caminar otra oficina en la isla de al lado; de hacerle sustituciones por maternidad de sus otras dos empresas TRES veces en dos años que tenía que hacer aumentando nada más que dos horas de mi jornada (imagináos...) me encontré la carta de despido al volver de mis vacaciones... De un año a otro tuve una semana de vacaciones, porque coincidió con la baja de otra empleada y tuve que sustituírla, así que me empeñé en que después tenía que coger mis vacaciones sí o sí. Cogí 10 días y a la vuelta tenía el despido...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ñas. Qué gente más simpática. Luego dicen que los trabajadores no se implican en las empresas... Ni las empresas con los trabajadores... no te jo... No se si es que quierne que les vendamos el alma también o algo.

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López