Te vas a quedar ciega de tanto leer.

Os voy a confesar un secreto de una manera simpática, con una expresión de mi padre, que es el Maestro de las Expresiones:

Veo menos que un gato de escayola.

Lo que viene a ser que, debido a que no bebí bastante agua, de la que cría la vista clara, o a que no comí suficientes zanahorias, que son muy buenas para la vista, pues tengo una miopía importante, combinada con un simpático astigmatismo. Cosas de la vida.  Mi problema tiene bastante de genético. Mi padre llevaba unas gafotas de culo de vaso impresionantes: rondaba las 18 dioptrías en cada ojo. Y yo, que en muchas cosas me parezco a él, no iba a dejar de parecerme en este rasgo tan poco agradable. Pero en fin, esta soy yo, con miopía incluída. 

Nunca antes mi miopía me había dado para una anécdota, más allá de lo de salir con las gafas de sol sin graduar, y saludar a alguien que supuestamente conoces, y que no sea quien creías, y cuando te cruzas con la persona, seguir adelante dignamente, sonriendo, como si más atrás estuviese esa persona a la que supustamente saludabas. No digo que la anécdota sea buena, de hecho a mí no me ha hecho mucha gracia, pero este blog no se va a llenar solo. 

Resulta que iba yo en el bus, de camino a la facultad, a entregar mis 3 copias más CD con el Trabajo de Fin de Máster (yupiiii). Como el bus que cojo da un poco de vuelta y hace una parada larga, pues me he llevado el libro electrónico. Ando leyendo "El nombre de la rosa", y aunque el primer y segundo capítulo no me llamaron mucho la atención, ahora estoy metida a tope en el libro. Tanto, que me dan ganas de ponerme a estudiar filosofía medieval, de verdad os lo digo.  Total, que allá iba yo, leyendo, eso sí, en una postura un tanto extraña: iba sentada en un asiento bajo, con lo que llevaba las rodillas elevadas. Encima de ellas, la mochila/bandolera con los trabajos y demás, y apoyado en ella, llevaba el libro electrónico sujeto con las manos. Total, que el libro me quedaba a la altura del pecho, más o menos.  Todo esto tiene relevancia para la anécdota, de verdad, jaja.
leer

En una de las paradas sube un señor, y nada más entrar, me grita:

-¡Niña, que te vas a quedar ciega!

No soy una persona agradable del todo. Educada sí, pero agradable no. Y menos cuando me interrumpen a voz en grito. Y menos si estoy leyendo. Y menos todavía, si eres alguien que no conozco de nada. Me he girado con parsimonia, y el tipo, un señor mayor, me ha repetido:

-¡Te vas a quedar ciega! Llevas gafas de miopía, aléjate el cacharro ese. 

No sé por qué le he contestado, la verdad. Supongo que por educación.

- Señor, como ve, voy sentada y cargada, no puedo poner el libro más lejos. 

- Pues eso es malo para la vista - me espeta- ¿por qué crees que llevas gafas, eh?

Uyyy... malo. Mi cara engaña, te has metido con la pardilla equivocada, abuelo.

- Le aseguro que no es por leer. Me las pusieron con 4 años, y ahí todavía no había leído mucho que digamos. - sonrisa triunfal y angelical a un tiempo.

El abuelo agacha la cabeza. Creo que se marcha. Pero no, vuelve a insistir. Supongo que es oftalmólogo jubilado o algo. 

-  Eso es porque alguien quiso ganar dinero. Y ahora llevas gafas por leer. ¿Por qué crees que todos los chavales hoy en día llevan gafas como tú, eh? ¡Por acercarse los libros al leer! Así que apártalo.

Y le he contestado, con un poco de mala uva, lo reconozco. Yo quería que se sentase y me dejase tranquila con Guillermo de Baskerville y Adso de Melk. 

- Venga, señor, no me haga reir. Si los chavales leyesen tanto como usted cree, tendríamos un mundo lleno de miopes pero mucho más agradable. Le puedo decir que mi padre de pequeño no llevó gafas, pero no porque no las necesitaba, sino porque nunca le llevaron al oftalmólogo. Y yo las llevo desde antes de poder leer de corrido. 

- Si yo lo digo por tu bien. Ya verás como cuando vuelvas a revisarte te dicen que has perdido vista.

- No le he pedido diagnósticos, pero le agradezco el consejo.

Y se ha ido a sentarse. Es cierto que, como todos los miopes, tengo tendencia a acercarme las cosas: pero no es la tendencia la que me ha generado la miopía, es la miopía la que me ha causado esa tendencia.Lo que me ha parecido demasiado es la manera de abordarme. Primero, ni ha saludado, ni ha intentado presentarse. Y segundo, la vehemencia sobraba, creo que soy mayorcita para saber lo que tengo que hacer. Luego dicen que los jóvenes somos maleducados...

En fin... Todo esto me recuerda a algo que me decía mi madre de pequeña, y que tengo puesto en la bio de Twitter: "Te vas a quedar tonta de tanto leer". Ahora, además de tonta, ciega. No, si desde luego, yo no sé por qué se empeñan en fomentar la lectura.

Comentarios

  1. Jajajajajajajaja gracias Bettie, me has hecho reir!
    Un beso,
    Nere

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    1. Oye, pues me alegro, que sé que estás pasando un tiempito chungo. MUUUUUUUUUUUAKK!

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  2. jajaja vaya personajes se encuentran en el bus, le tenías que haber dicho que el libro electrónico está diseñado para no cansar la vista y que se lee mejor que en papel xD

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  3. XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    De verdad, chica, hay que ver... Aunque lo de tu madre O_o ¿tonta de LEER? O_o

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    1. Sí! De leer o de estudiar mucho. Palabras textuales:

      "¡Nena! que te vas a quedar tonta de tanto libro! Te va a pasar como a ese de mi pueblo, que de tanto estudiar se volvió loco. Mira que era listo eh.... Pero ea, tanto estudiar le acabó haciendo mal. Qué láaastima, señor".

      Y tal. Esa es mi madre. xD

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  4. jajajajaja madre con el abuelo xDDD
    A una mala, será de la TV o del ordenador... pero de leer ¬¬
    Madre mía, normal que la gente no lea lo que debería si hay muchos más abuelos que piensan igual xDDD

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    1. jajajaja... desde luego, la gente no deja de sorprenderme, y no siempre para bien XD

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  5. jajaja, anteayer en el bus un señor empezó a importunar a una chica joven, no en el plan de éste que te dijo a tí que te ibas a quedar ciega, sino más bien yo creo que el viejete quería ligar...al leer esto me he acordado del hombre y la pobre chica que tuvo una paciencia imfinita. Igual es que andan "alterados" por el verano, y solo quería ligar, a su manera claro...jajajajajaja!!!
    En cuanto al libro me ha picado el gusanillo, porque además lo tengo.Me da pereza porque como he visto la peli y al tener la historia de intriga que ya me la sé,me cuesta ponerme.

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    1. Yo también he visto la peli, pero la verdad es que hace tiempo, pero el libro merece totalmente la pena. Por lo menos a mí. :) A ver si te animas. ^^ Pero te entiendo, yo cuando ya sé por donde van a ir los tiros, me cuesta mucho leer un libro.

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  6. Jajajajajajaja yo le hubiera dicho "hola por lo menos, ¿no?" xDDDDD
    La gente se toma la familiaridad muy a lo loco, tanto que al final se meten donde no le llaman.
    Yo soy una "saboría" de manual, educada y lo que tú quieras, pero como me toques la moral o te ignoro o me pongo borde!
    Y en mi casa me han dicho muchas veces lo mismo! Mi madre de castigo me ponía salir a la calle a no leer jajajajaja

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    1. Menos mal, pensaba que era la única a la que la castigaban sin libros y me echaban a la calle! XDDD

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  7. Yo no tengo una miopía exagerada (unas 5 diotrías y pico), pero si tengo esa manía de acercarme demasiado a las cosas. La cosa va a peor cuando tengo exámenes, ya que me encanta tumbar la cabeza en la mesa y escribir así. Me resulta incómodo escribir con la cabeza levantada (serán los nervios del examen, porque estoy haciendo trabajos de filosofía para entregar en septiembre y no me tengo que tumbar). El caso es que por esta mala costumbre me han llamado la atención varias veces (lo mismo que a ti, que me voy a quedar ciega). Así que la costumbre ahora aún es peor: tumbo la cabeza en la mesa y me quito las gafas. Así al menos puedo poner la excusa de que no veo de lejos.

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    1. JAJAJAJAJAJ, yo también hago eso a veces, de tumbar la cabeza en la mesa para escribir. Generalmente cuando estoy hecha unos zorros ya xD

      Ánimo con esos trabajos :)

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  8. Mi madre también es una obsesiva de la vista, de comer zanahorias, de no acercarse a la tele, de llevar gafas de sol en la playa... Ella ve muy mal, le falta un ojo que perdió por un cáncer y en el que le queda tiene 12 dioptrías, sin gafas no puede ni dar un paso, así que en cuanto te ve haciendo cualquier cosa ya empieza con el "te vas a quedar ciega". Cuando nació mi hija no tenía ni un mes y ya estaba diciendo que había que llevarla al oculista, era obsesión, aunque tengo que decir que ahí llevaba razón, la llevé con 14 meses y la pusieron gafas, por una vez el exceso de celo de mi madre funcionó.

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    1. Pues sí. Yo desde niña también he estado muy controlada :) Mi padre también es un poco maniático de la vista :P

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