No hay soluciones.

Hay dos maneras de decir esa frase. Una te aboca a la muerte, y otra no es más que un esperpento. 

Cuando de verdad alguien dice que no hay soluciones, cuando lo siente, se ha perdido la esperanza. Y una parte de nosotros muere, porque tenemos que aceptar una condición que nos desagrada, que incluso nos duele. Cuando decimos sinceramente que no hay soluciones es porque no nos quedan fuerzas para seguir buscándolas, o porque creemos que no hay lugar o situación, en el cielo o en la tierra, donde podamos encontrarlas. Cuando se dice sinceramente que no hay soluciones nuestra mirada se pone una pátina de nostalgia que no nos podemos quitar. Porque hay cosas que pierden sentido.  Es más, hay gente que cuando dice o piensa, sinceramente, que no hay soluciones, se muere literalmente. Sin metáforas. Lo triste es que, en ocasiones, sí hay soluciones. Lo que ocurre es que, como humanos que somos, a veces no somos capaces de verlas.  A veces sólo se trata de poner en marcha la moraleja del acertijo de los 9 puntos.

Pero hay quien es capaz de decir que no hay soluciones con una sonrisa. Y aquí está el esperpento. ¿Quien sonríe mientras le atormentan? [...]

Sólo se me ocurre una solución: dicen que no hay soluciones porque no se han visto en la necesidad de buscarlas. Porque realmente, nada les atormenta. La vida les es tan placentera, tan agradable, que se aburren, y tienen que crear problemas ficticios o exagerar los existentes, y fingir que se interesan por ellos. Así consiguen no parecer fríos, cómodos, comunes, y de paso, formar parte de algo más allá de su propio ombligo. Pero una vez hecho esto, la pose más cómoda, y que además da un cierto toque de radicalismo, cosa siempre bastante llamativa, es decir que no hay solución a los problemas. No hay salida. No hay solución. Y si las hay, podemos posicionarlas en una escala de "malas, muy malas, peores y nefastas". ¿Cómo puede alguien decir eso de algo que de verdad le importa y quedarse tan tranquilo? Si te importa, no estás tranquilo, y si estás tranquilo... es porque no te importa. 

Pero yo sí necesito soluciones y sí tengo valores e ideas. Y por mucho que tu vengas con tus citas librescas, diciéndome cuál es el libro que te reveló el verdadero sentido del Universo, el que te mostró que todo aquello en lo que creo es una mentira, y que todo está perdido, no voy a creerte. Porque quiero seguir viva, por dentro y en conjunto, viviendo, y no transitando por la vida. Voy a seguir buscando soluciones.


Comentarios

  1. Es que hay soluciones, yo estoy contigo! Aunque vengan más tarde, aunque cueste encontrarlas; las hay.
    No soy positiva, solo a ratos pero tiendo más al polo negativo. Aun así me niego a creer que solo haya una vía para llegar donde se quiere, hay que seguir buscando. En mi opinión la felicidad no está al final sino en la búsqueda ;)

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