Retales coloridos para un día gris.

Hace tiempo abrí un blog con el mismo nombre que este, pero en otra plataforma. La idea era obligarme a escribir algo positivo todos los días. Recoger retales coloridos para ánimar una época de mi vida un poco teñida de gris. Hablaba de parejas besándose en la calle, de personas que te sonríen al cederles el asiento en el bus,... Detalles como luciérnagas: pequeños, sin importancia, que a plena luz pasan desapercibidos, pero que destacan en la oscuridad. La cosa es que no llegué a la decena de posts.  Me rendí antes. Bien, en realidad no. Pensé: "Tengo otro blog medio abandonado, ¿y abro uno nuevo? ¿Por qué no incorporo esos retales coloridos al blog que ya tengo?". Y así lo hice. Mi primer Cuaderno de Retales murió, y sus entradas pasaron a mi otro blog. Y dejé de recopilar retales.  Supongo que aquel blog estaba viciado de recuerdos, y bueno, me cortaba el buen rollo. Así que decidí abrir un nuevo Cuaderno de Retales y abandonar mi antiguo blog para siempre (soy una mala ciber-madre, ya van tres blogs que abandono).

Pero este Cuaderno de Retales tiene otro enfoque. Como aquí nada sobra, quiero que entren en él todas las cosas que se me pasen por la cabeza, positivas y negativas, para no caer en la trampa del pensamiento positivo. Aún así, lo cierto es que estos retales coloridos brillan por su ausencia, pero, paciencia, que este blog acaba de nacer. Así que hoy empiezo con ellos. Está siendo un buen día, ¡y eso que apenas acaba de empezar la tarde!

¿Os acordáis del libro de Rafael Alberti del que os hablé hace unos días? Hubo, entre mis pocos pero maravillosos lectores, quien notó el cariño que me inspiraba ese libro, e incluso me dijo que lo había encontrado en cierta librería, por si me interesaba (Gracias Papish). En efecto, debí transmitirlo bien: adoro ese libro. Y digo adoro, y no adoraba, porque ¡el libro pródigo ha vuelto!  Decidí buscar una excusa para preguntarle a mi madre por el libro sin que pareciese que le estaba echando la bronca por prestarlo. No conocéis a mi madre, pero yo sí, y es muy fácil que se sienta atacada por cualquier cosa. Además, yo no soy la persona con más tacto del mundo.  Total, que, excusa en mano, llamo a mi señora madre. Ya sabes, Bettie, contención.



- ¿Mama? Antes de que cuelgues, una cosina. Necesito un libro para el Trabajo de Fin de Máster. ¿Me lo podrías buscar?

- Si, dime, ¿cómo es?

- Pues es así grandote, ¿sabes? Como un álbum de los de "Recuerdo de Mi Primera Comunión", así blanco, con tapas de estas que brillan, y así acolchaditas, ¿sabes? Es de poesías, con dibujos dentro.  Se llama "Rafael Alberti para niños".

- Uy, no me suena haberlo visto por las estanterías. Espera, que apunto el título.

-Mama, si no lo has visto es porque no está, porque ese libro es grandote, no como el otro que te pedí, que me dijiste que no estaba, y al final sí. Este se ve.  Creo -contención al máximo- que se lo dejaste a la vecina ****, y probablemente no te lo devolviera.

- Nena, a mi no me suena habérselo dejao a nadie.


Aquí sí que contención máxima a tope.



- Mama, se lo dejaste delante de mí, y por cierto, sin mi permiso. - a tomar por saco la contención.


Bueno, total, que hablando un rato, mi madre me dice que lo buscará, y que si no, irá a casa de la vecina. Hoy me ha llamado la mujer, toda emocionada, diciéndome que lo ha encontrado, que lo tenía la vecina, y que de la emoción, se ha sentado en el porche, y se lo ha leído entero...¡Mi madre! Que cuando le prestan un libro lo devuelve después de 2 semanas y dice que le ha gustado mucho, cuando no ha leído ni la contraportada. Incluso me ha confesado que la preocupación no le había dejado dormir esta noche. ¡Ains! Pero bueno: mi libro está de vuelta a casa, y mi madre ha leído algo de poesía, por lo que su día también habrá sido un poco más bonito, estoy segura.

Aunque este post ya es bastante largo, quiero añadir algo más cotidiano. Todos los días 12 de cada mes mi pareja intenta hacerme la vida un poco más agradable. Hacemos el gran esfuerzo de olvidarnos de las cosas que nos van mal por 24 horas y celebrar que un día 12 nos encontramos frente a frente por primera vez.  Y para ayudar, nos damos un pequeño capricho, dentro de nuestras posibilidades: me prepara su genial ensalada césar y compra nuestro helado de chocolate favorito. Yo me encargo del café.  Y la verdad, puede parecer una tontería, pero cada mes estoy ansiosa porque llegue el día 12 :)

Y por último, algo que me hizo bastante feliz anoche. Estando en duermevela se me ocurrió una idea potable para un libro de fantasía. Me emocioné mucho, porque cuando se trata de proyectos creativos de un alcance medio o grande, mi imaginación se auto-boicotea. Esta mañana, lo primero que he hecho ha sido apuntar mi idea a grandes rasgos y pensar en ella un rato. Y dejarla para más adelante, para cuando tenga más tiempo (:(). Eso sí, me he prometido firmemente intentarlo, y sobre todo, intentarlo en serio. Y eso me ha hecho sentirme bastante feliz y satisfecha conmigo misma.

Espero que éste sea el primero de muchos post de retales coloridos, también conocidos como  "momentos luciérnaga".

Y si os surge la inspiración, podéis compartir conmigo alguno de estos momentos :)

Comentarios

  1. Yo soy una persona sanamente feliz y optimista... en ocasiones con los pies sin rozar la tierra... es cierto! Pero, dada mi condición natural depresiva (padezco congénitamente de esta enfermedad) decidí, ya a los 30, que no iba a volver a estar triste sin razón. Desde entonces busco o genero cada día uno o más retales coloridos... pueden repetirse, pero siempre me ilusionan igual. Doy gracias a la vida de haber puesto en mi camino a Marc, mi pareja, no hay persona mejor: es inteligente, inspirado, májico, divertido... él es mi gran luciérnaga.
    Me motivan muchísimo tus post Bettie, son fabulosos...
    Un gran beso,
    Nerea

    ResponderEliminar
  2. Ánimo con esa enfermedad. Sé muy bien cómo funciona. Pero siempre es una suerte tener alguien al lado que te apoye :) ¡¡Gracias por comentar!! ^^

    ResponderEliminar
  3. Gracias a ti Bettie por tus tiernas palabras,
    Un besazo!!

    ResponderEliminar
  4. Bettie, ¡cuánto me alegro! :D
    La verdad, me alegro por el reencuentro con el libro de Rafael Alberti y me alegro por tu nuevo proyecto, pero sobre todo me alegro por tu buen humor y tu día luminoso ;)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López