Personas desequilibradas

Por el mundo hay sueltas multitud de personas desequilibradas. ¿Quién de nosotros vive en un perfecto equilibrio? Pero aunque es difícil trazar una línea que divida el sano delirio del desvarío peligroso, es necesario hacerlo. Y seamos serios, hay gente que desde dónde está, no puede ni intuir la línea.


Esto no es raro. Todos tenemos derecho a existir. ¿Pero alguien se dejaría operar por un cirujano con un pulso terrible? ¿Alguien se dejaría tatuar por alguien ciego?  No sé ustedes, pero yo tengo que dar una respuesta negativa.


Y sin embargo, hay personas gravemente desequilibradas en cargos de enorme responsabilidad. No me refiero a que estén locas - cosa que podría ser, pero que no voy a entrar a discutir - sino a que están cojas. Hay cualidades que, en determinadas funciones, son más importantes que otras. Un orador puede ser una persona tremendamente brillante y sensata, pero si es tartamudo, puede que poco de eso importe. No intento discriminar a nadie, ni cortar alas o vetar sueños. Simplemente quiero ser realista. Hay cualidades que son imprescindibles para ciertos oficios. Y si carecemos de ellas estamos gravemente desequilibrados.


Este desequilibrio nuestro puede ser algo anecdótico si estamos aislados en nuestra labor - cosa que, por suerte o por desgracia, no suele ocurrir - pero normalmente será algo grave, pues en mayor o menor medida, estamos relacionados con otros. ¿Y qué dirías si esos otros afectados son tus hijos?


Hoy he tenido una desagradable experiencia con la Junta Directiva de un centro educativo público. La máxima responsable era una persona claramente desequilibrada, al menos en el sentido anteriormente especificado: insegura, paranoica, poco dialogante y con ciertos delirios de grandeza, que además, la llevaban a minusvalorar a aquellos que son el motor del centro, los profesores.


Que nadie me malinterprete. Soy una firme defensora de la Educación Pública, de la que un día espero formar parte, y creo que hay buenísimos profesionales, tanto en las aulas como en los cargos directivos. Pero hay excepciones. Y algunas de ellas dan miedo.


Como decía, he vivido una circunstancia surrealista y desagradable, y no he podido evitar horrorizarme cuando he caído en la cuenta de que esa señora era la máxima responsable del centro, y por tanto, del trabajo de los profesores del mismo, y del bienestar y progreso de los alumnos.


Cuando una silla está coja, no nos es de utilidad, no desempeña su función.Si acaso, puede facilitarnos algún que otro tropezón. Se convierte en un obstáculo.


¿No habría que vigilar, de alguna manera, que las personas que adquieren tales niveles de responsabilidad estén en posesión de ese sano e imprescindible equilibrio?


Por el bien de todos, digo.

Comentarios

  1. Como no soy usuario de worpres no puedo poner que me gusta, peeeeeeeero...


    ME GUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUSTA!!! XD

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  2. No sabía que te habías hecho un blog nuevo! :D Me ha gustado especialmente esta entrada. Soy un persona políticamente incorrecta, por eso no me han promocionado en el trabajo y me señalan con el dedo, aunque esto es otro tema xD
    El tema es que un día discutía con mi jefa sobre la actitud y la aptitud. Según ella si tienes buena actitud puedes hacer cualquier cosa que te propongas, aunque carezcas de la aptitud necesaria para desempeñar la función que sea. A todo esto yo defendía a muerte que si eres un inepto ya puedes tener la mejor actitud del mundo que nunca podrás hacerlo bien. No sé si su postura se debe a que ella es una inepta y jefa (encargailla, tampoco nos pasemos), o a que lo politicamente correcto es decir que todos tenemos las mismas oportunidades sin tener en cuenta el sinfin de variables que nos hacen diferentes a unos y otros.

    Me alegra verte escribir de nuevo! :D

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  3. Hola Booni! :) Nunca he dejado de escribir, lo que pasa es que tenía un blog personal bastante antigüillo, y he decidido renovarme.

    La igualdad de oportunidades mal entendida tiene esas cosas. Con buena actitud quizá puedas hacer cualquier cosa. Pero no podrás hacerla igual de bien que una persona con buena actitud y aptitudes para esa tarea. Al menos esa es mi opinión. Si mi actitud es buena, probablemente, pueda mejorar mis habilidades de corredora de fondo (juas), pero no voy a batir el récord. Pero en lo mío puedo ser bastante buena.

    En fin, que estoy de acuerdo contigo, tanto pa decir esto.

    ¡Bienvenida!

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